CREA A TU PROPIO RITMO - CONOCE LAS FASES DE TU CICLO 

Somos canales, por lo tanto debemos sintonizarnos con la frecuencia que nos corresponde para así empezar a escuchar nuestro latido interno.
La frecuencia es el Amor, y desde ahí es desde donde tenemos que movernos. 
Cada uno de los habitantes de este planeta tiene un propósito concreto por mucho que la sociedad nos impulse a seguir sus ritmos cada vez más acelerados.
Los tiempos no son de la tierra, los tiempos son Divinos y todo lo demás, es una ilusión.

Por lo tanto si entendemos eso, entenderemos también que toda manera de control de nuestra mente es una fuente de estrés y ansiedad. 
Respirar, conectar con nuestro interior y con la fuente (Dios) que nos dicta los tiempos que cada una tiene, es la base para todo lo demás.
Ahí está la llave hacia una vida en paz, con sentido y propósito. Las respuestas de cómo y qué hacer han estado siempre sembradas en nuestro interior, por lo que mirar hacia los demás y entrar en relojes ajenos no nos sirve de nada para crear desde lo auténtico.
Si cada uno tiene su propio reloj...¿no será que todos los relojes son válidos y a la vez ninguno dicta la hora ni los tiempos correctos comunes?

Aparte de eso, se nos concedieron unos ciclos divinos en nuestro interior que son la guía y la conexión directa con la tierra. Con el cuerpo terrenal.
Como mujeres, tenemos un ciclo de 4 fases una vez la menstruación llega a nuestra vida. Después de ello, tenemos un reajuste hormonal.

Aquí nos vamos a centrar en las 4 fases de nuestro ciclo: Primavera - Verano - Otoño - Invierno

Como las cuatro estaciones, nuestras fases son un espejo de los ritmos de la naturaleza y como cada estación, tenemos necesidades diferentes en cada una de ellas. Por lo tanto, es fundamental empezar a comprenderlas y a darles voz en nuestro día a día. ¿Te imaginas decirle al otoño que no renueve sus hojas?¿Te imaginas que le dices que se quede eternamente en un mismo ciclo? La vida es cambio, es transformación y solo tenemos que mirar a nuestro alrededor para conectarnos y entender cómo funciona nuestro interior. La desconexión y ''adaptación'' a un mundo que no tiene en cuenta esto, nos ha hecho olvidar principalmente lo que somos y después de qué estamos hechos. Cuanto más nos sumergimos en las grandes ciudades, más nos alejamos de la abundante naturaleza que nos rodea, y eso provoca todo lo demás. Vamos a contracorriente en lugar de fluir con el ritmo natural, y eso, pasa factura.

Te propongo empezar a tomar consciencia del Amor que ya eres, de la Divinidad de la que procedes y posteriormente entender tus ciclos terrenales en tu propio cuerpo para que tu vida comience a fluir desde tu interior.